January 24, 2017 11:45
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200 años después de la gesta libertadora de San Martín y su Ejercito de los Andes, los argentinos nos debemos (además de la batalla cultural, que nadie logra explicar…) un debate sobre la Soberanía, la Producción Estratégica para la Defensa y nuestras fuerzas armadas. La custodia y defensa de los 10.300.000km2 de Espacio Aéreo Argentino, los 6.500.000 km2 de Espacio Marítimo Argentino y los 3.800.000 km2 de espacio terrestre en América y Antártida, dimensionará las fuerzas aérea, naval y terrestre bajo un mando unificado y de proporción inversa a la que, anacrónicamente, tienen hoy. Nuestra hipótesis y nuestro conflicto es Inglaterra en Malvinas y Atlántico Sur… y también sus multinacionales capitalistas en tierra y offshore. Esto redundará en que el equipamiento de cada una sea definido a priori, enteramente de fabricación nacional y valiéndose de los factores de escala para el autoabastecimiento. Junto a la diversificación estatal sobre otras ramas de la economía: explosivos para canteras y minería, fármacos contra pestes y plagas, fertilizantes, aviación comercial, ropa deportiva, carpas para camping, caza, pesca, buceo, alpinismo, deportes de riesgo y cultura nacional pionera y patriótica. Pueblo trabajador organizado en el Estado Empresario para la Defensa. Todos unidos triunfaremos. Así el Pueblo Argentino podrá enrolarse en una Fuerza Civil de Reserva, de inscripción voluntaria y sin límite de cupo, que funcionará como Custodia Territorial Extendida del mismo lugar donde trabaja y vive. Equipada con armas de guerra registradas en su propio domicilio y bajo su custodia personal. Esto colocará a la Argentina en una vanguardia mundial de los países más instruidos en defensa como Suiza, EEUU, Cuba y Venezuela. Sustrayendo, de los viciados ámbitos militares, la sagrada tarea de la Defensa Nacional y el privilegio de estar armados. La obligación ciudadana de mayor jerarquía: de alzarse en armas en defensa de la Constitución Nacional, dejará de ser retórica. Se vuelve posible e inmediata. Es material, como las armas confiadas al Pueblo por este mecanismo del Estado. Organiza el sagrado deber espiritual, cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla. Read more
200 años después de la gesta libertadora de San Martín y su Ejercito de los Andes, los argentinos nos debemos (además de la batalla cultural, que nadie logra explicar…) un debate sobre la Soberanía, la Producción Estratégica para la Defensa y nuestras fuerzas armadas. La custodia y defensa de los 10.300.000km2 de Espacio Aéreo Argentino, los 6.500.000 km2 de Espacio Marítimo Argentino y los 3.800.000 km2 de espacio terrestre en América y Antártida, dimensionará las fuerzas aérea, naval y terrestre bajo un mando unificado y de proporción inversa a la que, anacrónicamente, tienen hoy. Nuestra hipótesis y nuestro conflicto es Inglaterra en Malvinas y Atlántico Sur… y también sus multinacionales capitalistas en tierra y offshore. Esto redundará en que el equipamiento de cada una sea definido a priori, enteramente de fabricación nacional y valiéndose de los factores de escala para el autoabastecimiento. Junto a la diversificación estatal sobre otras ramas de la economía: explosivos para canteras y minería, fármacos contra pestes y plagas, fertilizantes, aviación comercial, ropa deportiva, carpas para camping, caza, pesca, buceo, alpinismo, deportes de riesgo y cultura nacional pionera y patriótica. Pueblo trabajador organizado en el Estado Empresario para la Defensa. Todos unidos triunfaremos. Así el Pueblo Argentino podrá enrolarse en una Fuerza Civil de Reserva, de inscripción voluntaria y sin límite de cupo, que funcionará como Custodia Territorial Extendida del mismo lugar donde trabaja y vive. Equipada con armas de guerra registradas en su propio domicilio y bajo su custodia personal. Esto colocará a la Argentina en una vanguardia mundial de los países más instruidos en defensa como Suiza, EEUU, Cuba y Venezuela. Sustrayendo, de los viciados ámbitos militares, la sagrada tarea de la Defensa Nacional y el privilegio de estar armados. La obligación ciudadana de mayor jerarquía: de alzarse en armas en defensa de la Constitución Nacional, dejará de ser retórica. Se vuelve posible e inmediata. Es material, como las armas confiadas al Pueblo por este mecanismo del Estado. Organiza el sagrado deber espiritual, cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla.